Qué es
una relación abierta?
Lo más importante aquí es superar la idea
de que el valor de una persona se mide dependiendo de si esa persona
por si sola es suficientemente "buena" para otra persona.
El mundo es infinito, y nosotros también lo somos, ninguna cantidad
de vivencias, ningún número de interacciones con los demás debería
ser "suficiente" para nadie, de la misma forma que ningún
número de interacciones con la persona amada serán nunca
suficiente. Poner fronteras a lo que otra persona pueda hacer o
sentir como una condición para que pueda recibir mi amor o afecto no
creo que construya nada beneficioso para los que me rodean: quiero
creer en los demás para saber lo que necesitan, y nunca limitarles. Ciertamente no creo que mi vida vaya a ser más rica gracias a las
limitaciones que ponga en los demás. Tenemos que liberarnos para
llegar a ser nosotros mismos. Esto no es referente solamente a los
amantes o los amigos o las parejas sentimentales, también hace
referencia a otros proyectos, necesidades o incluso el deseo de
soledad- es desesperante como a muchos de nosotros nuestros parejas a
menudo nos piden que nos sacrifiquemos para estar con ellas.
Quiero
ser evaluado por lo que soy, por lo que hago de forma natural, no por
lo bien que me conformo a las listas de necesidades diseñadas por
otra persona. Si alguien puede cubrir algunas de esas necesidades, no
se lo negaría a nadie, y no quiero estar celoso cuando los demás
tengan cosas diferentes para ofrecer; sólo quiero la oportunidad de
ofrecer lo que tengo para dar a aquellos a los que quiero, y recordar
que esas cosas no tienen precio y que no son comparables al resto de
regalos únicos que los demás puedan tener. Nadie debería tener el
peso de aceptar el rol de "único proveedor" de las
necesidades de otra persona (necesidades románticas o no); nuestro
papel en el mundo no es el de servir a nadie, sino el de encontrar
formas de ser nosotros mismos que también beneficien a los demás.
Aceptando que el resto del mundo no está "fuera de los limites"
de tu compañero, te liberas del trabajo de ser el mundo entero para
tu pareja.
El sistema monógamo establece que la gente se niegue a
relacionarse con los demás de según qué formas a no ser que se
cree una relación romántica. Ya que sólo puedes tener una pareja
romántica, tienes que estar seguro de que tu único compañero es
una buena inversión (y aquí volvemos al mercado capitalista incluso
en nuestras relaciones). Las mujeres buscan a los hombres según su
potencial económico, los hombres juzgan a las mujeres dependiendo de
si su belleza es lo suficientemente resaltable socialmente para
ofrecer el prestigio que él espera teniéndola a su lado, y nadie
puede experimentar con compañeros que no cumplan suficientemente
estos criterios. De esta forma, igual que en las amistades, pueden
haber personas en el mundo con las que puedas pasar maravillosos
momentos románticos una o dos veces al mes, pero con las que no
tienes suficientes cosas en común como para verlas continuamente y
luego casarte, etc. (aunque vemos a menudo parejas mal avenidas
haciéndose cada vez más miserables que hubieran sido mucho más
felices como compañeros esporádicos). Las relaciones no-monógamas
hacen esto último posible sin pagar ningún precio de infelicidad
mutua.
He decidido que no quiero volver a tener una jerarquía de
valores entre mis amistades y mis relaciones amorosas: ambas cosas
son cruciales, irreemplazables en mi vida. Y no sólo eso, también
he decidido dejar de clasificar las cosas como "amor" o
"amistad" dependiendo de detalles superficiales
arbitrarios- los sentimientos que comparto con algunas de mis
amistades son tan íntimos y tan bonitos que es ridículo que no les
llame amantes sólo porque no nos acostamos juntos. Es absurdo que el
sexo sea la línea divisoria entre nuestras relaciones, entre
aquellas que tienen preferencia, entre con quién vivimos, con quién
dormimos, a quién le hacemos más caso y junto a quién moriremos.
En las relaciones abiertas, el sexo no está acotado con tantas
implicaciones y restricciones. El amor y el deseo fuera de las líneas
del modelo de la monogamia son perseguidos desde cualquier frente en
esta sociedad. El sexo no debería ser contenido, y no debería ser
simbólico de nada- debería ser simplemente otra forma de ser
físicamente afectivos los unos con los otros, de dar placer a los
demás, de ser emocionalmente expresivos... tomando las
responsabilidades que comporten las relaciones pero sin tener que
contentar a la expectación social ni a ningún tabú moral.
Una relación abierta es simplemente eso: es una relación en la que las personas pueden ser abiertas y sinceras las unas con las otras y con ellas mismas, en la que nada necesita ser escondido o reprimido o limitado. Una relación en la cual el mundo entero puede ser explorado sin miedo de transgredir fronteras imaginarias. Cuando exigimos honestidad total en una relación que incluye limites y tabúes, nos estamos preparando para traiciones y mentiras; pretender que una persona sea abierta sin ser receptivo de todas las posibles verdades es estúpido y egoísta. Tenemos que apoyarnos unos a otros en todos los aspectos de nuestros caracteres individuales si queremos que la honestidad sea posible; si no, somos como los cristianos cuando van a confesarse, confesando cosas bajo un imperativo moral, con el látigo de la vergüenza preparado para cualquier impulso de falsear. Tenemos que aprender a abrazar y celebrar cualquier cosa que sea buena para cada uno. Si es bueno para nuestra persona amada, lo será para nosotros también, ¿realmente somos tan egoístas que no nos damos cuenta de esto?
La economía de escasez de amantes
que funciona en nuestra sociedad ahora mismo nos hace tener apuro por
encontrar a otra persona y atarla a nuestro lado, antes de que nos
quedemos solos. La alternativa, que este miedo a la soledad nos
impide ver, parece preferible: un mundo sin barreras, en el que cada
uno de nosotros formaría parte de una gran familia de amantes y
amigos, sin distinciones entre unos y otros, y en el que no
existieran formatos estrictos para ninguna relación. La
experimentación sería constante para cada persona. Para conseguir
un mundo así, tenemos que acostumbrarnos a no limitarnos los unos a
los otros, tenemos que dejar de ver el amor como una comodidad
limitada.
Los celos, y lo que he aprendido de ellos.
Si, a veces todavía siento celos. He tenido experiencias antes en las que he estado celoso de una manera insana- no sólo de otro hombre, sino de otras cosas hacia las que mis compañeros mostraban interés o amaban o experimentaban. Ser capaz de tratar con estas cosas ha sido muy importante en el desarrollo de mi confianza y de mi forma de ser. Me costó llegar a sentir (no solo entender) que si mis seres queridos aman otras cosas o a otras personas, no significa que yo soy menos. Además, si el o ella realmente me quiere, no es porque yo cumpla una determinada lista de cualidades deseadas por la que haya sido escogido- me ama por razones que son únicas en mi, con las que nadie puede competir, así que no hay nada que temer. El amor no es una comodidad limitada; crece, al igual que la felicidad, al compartirse y al ser repartido.Una vez me di cuenta que lo que sentía no eran celos, sino miedo a estar en soledad, muchas veces esto sucede, apenas me di cuenta de esto, me fui de viaje, para ponerme a prueba.
Considero a mis celos como a un adversario poderoso, que puede enseñarme mucho sobre mi mismo si me enfrento a él en vez de protegerme de él controlando a los demás. He tenido experiencias en relaciones anteriores donde mis amantes se han limitado para protegerme de mis celos, y ha sido catastrófico para todos. Una de las cosas que me han enseñado mis celos es a reflexionar sobre mi actitud hacia otros hombres. Es interesante para mí notar que nunca me he sentido amenazado por otras mujeres por las que mis parejas se hayan sentido atraídas o con las que hayan tenido relaciones, pero hacia otros hombres siempre me he sentido mal. En nuestra sociedad, los hombres son condicionados para no confiar los unos en los otros, para odiarse los unos a los otros, para intentar "proteger" a las mujeres de otros hombres (lo cual es como proteger una "propiedad" personal), y esto tiene sentido cuando miramos lo mal que muchos hombres se relacionan con las mujeres. Para mi no confiar en los hombres para beneficiar a mi pareja es una paranoia y una estupidez territorial. Si confío en el juicio de mi compañero, debo confiar en que sepa qué y quién son buenos para él/ella, sin dejar que mi mentalidad de "yo-contra-todos" interfiera.
... continuará...